viernes, 17 de enero de 2014

Por esas tres comidas al día

La historia de cada uno de los chicos Triquis ha conmovido al mundo entero y la labor del coach Sergio Zuñiga es ya un ejemplo para la historia no solo del baloncesto mexicano sino para la humanidad.
No hay peor violencia que el hambre y la pobreza.
Durante mucho tiempo hemos visto el abuso del fuerte al más débil, pero aquí desde la montañas descubrí que la violencia es más dura, mujeres maltraídas física y Psicológicamente, disputas por el poder, donde hay cada día más muertos, niños muriendo de hambre, niños que no se desarrollan bien y que cuando llegan a la adolescencia o como adultos, son engañados para el uso de la delincuencia, niños y jóvenes que abandonan sus pueblos para buscar un camino, donde dejan lo poco que tenían para encontrar tentaciones y desilusiones, llevándolos así al vandalismo, alcohol y drogas, cuando se hay hambre, no hay como hacer que el estudio se convierta en una salida, hemos llegado a pensar aquí en las montañas, que esto es un estorbo, maestros exigiendo tareas,
No hay pretextos para estos chiquitines.
trabajos y hasta investigar, cuando debo de llegar a mi casa con hambre, pero no hay nada, es cuando me mandan al campo a trabajar, para poder comer, ver cómo, con hambre, sol, cansado, sed, dolor y sin sueños, veo pasar los años, nada cambia, todo está peor, regreso del campo, mi mama nos da una tortilla, con salsa, un plato de frijol, veo a mis hermanitos que se quedan con hambre, sólo cierro los ojos, le doy mi plato, me levanto salgo a caminar, veo esas montañas, tan cerca, pero tan lejos, sólo espero que tenga 12 años para poder irme de aquí, buscar esos sueños en la ciudad, ganar dinero, darle una vida diferente a mis hermanos, mi madre y a mí, se veía imposible, hasta que de esas montañas llego un hombre alto, con unas palabras que nunca había escuchado, palabras que me parecían imposible, pero me gustaban, me sentí importante, me sentí único, sentí que todo era posible solté una lágrima cuando se fue y nos dijo regresare para hacer realidad sus sueños, contamos los días para el regreso del hombre alto, cuando lo vimos, todos corrimos a él, llego con un balón, nos digo lo quieren, todos gritamos que sí, nos digo se los daré hasta que sepan que van hacer con él, hablo con todos nosotros, con los líderes naturales de mi pueblo, consejo de ancianos y nuestros dirigentes, todos aceptamos a trabajar y cambiar de actitud, aún recuerdo que nuestro dirigente mayor digo, dios nos lo mando, ese día cambió la historia, cambió nuestra forma de sentirnos como indígenas, nunca pensé que
Sergio Zuñiga.
fuéramos tan importantes y lo que significamos para nuestro país, luchar de otra forma, dejamos de criticar a mi gente, nuestras familias y pensamos en la escuela, jamás pensé que un libro me diera todo lo que el hombre alto nos digo, después de 3 meses pude tocar ese balón café de piel, ahí me sentí tan grande, único, ese balón es hoy mi mejor amigo, ese hombre alto, acariciaba ese balón, lo beso y nos digo, este balón cambiara el rumbo de la historia de ustedes, nos digo no será fácil, será duro, habrá mucha gente que no compartirá tu éxito, te buscara para vencerte, hablara mal de ti, te vera menos, no aceptara que tú puedas salir a la luz, recuerdo todo lo que nos digo, pero lo que más recuerdo fueron esas palabras que hasta hoy me sirven cada vez que veo o escucho un comentario, cuando la gente hable mal de ti, cuando llegue al grado de minimizar tu trabajo, eso significa que has humillado el ego de un mediocre, él nos dijo que solo los mediocres, cuando no pueden con algo o es muy difícil,
Melendres
lo dejan a medias y lo abandonan, nosotros nunca bajaremos los brazos, levantaremos la cara, veremos de frente y a los ojos, gamas humillaremos a nadie. Eso aún lo tengo en mi mente, hoy ese hombre alto es mi papa, mi maestro, mi amigo y entrenador, empecé con él a los 7 años, hoy tengo 10 años y ayudo a mis hermanos y madre, gracias maestro Sergio, por cambiarme la historia, por decirme lo que soy y lo que tengo, hoy estoy emocionado tendré el mejor promedio en mi escuela, si aquí en la ciudad de Oaxaca, este es mi mejor juego, obtener un promedio de 8.5, soy de los mejores jugadores, pero lo más importante ya mis hermanos, mi mama y yo, ya no tenemos hambre, gracias papa alto, usted medio una vida, una nueva forma de pensar y actuar, que hoy comparto con mi gente, gracias. Esta fueron las palabras que me dijo Melendres, llore, llore mucho, solo le dije melé, hoy tu eres el que nos enseñara nuevos caminos, nuevas formas, el futuro depende de uno, de nadie más, nos enseñaron a culpar a todos de nuestras desgracias, pero hoy nosotros sabemos que el único responsable de nuestras vidas somos nosotros, tú y todos los que están aquí son mis hijos, Dylan mi hijo esta orgullos de tener tantos hermanos y hermanas, soy el padre más afortunado, nunca les fallare, me contesto melé, yo sé que no bajará los brazos, porque juntos pelearemos como siempre, por esas 3 comidas al día.
Sergio Zuñiga
Entrenador equipo Triquis
Oaxaca

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